La FM no parece
constituir una enfermedad única, sino un proceso
complejo y muy variable de un paciente a otro paciente y con hallazgos
muy poco uniformes: En algunos predomina el dolor; en otros una profunda fatiga;
en algunos son las alteraciones del sueño las predominantes o los síntomas de
otra enfermedad concomitante (artrosis, artritis reumatoide...). En general, las
pacientes con FM suelen tener una media
de 20 SÍNTOMAS (muy superior a otras enfermedades reumáticas
como la artritis reumática, poliartrosis...)
Además - como
ocurre con otras enfermedades - la
gravedad de la FM es también muy variable: En algunos/as es de intensidad
moderada (incluso una pequeña proporción no precisan de tratamiento con
medicamentos) y en otros puede llegar a ser una carga insoportable (pero que
puede cambiar con un manejo adecuado) e incluso afectar gravemente sus
actividades cotidianas.
Estas variables en
la predominancia de síntomas o en la intensidad ha llevado a proponer subgrupos de pacientes con FM:
Grupo 1 - Pacientes
donde predominan el dolor y la fatiga.
Grupo 2 -
Predominan la ansiedad, el estrés y la depresión.
Grupo 3 -
Predominan múltiples quejas dolorosas y puntos dolorosos.
Grupo 4 -
Predominan el entumecimiento, la rigidez y la sensación de hinchazón.
Grupo 5 -
Predominan los síntomas asociados como el colon irritable y los dolores de
cabeza.
Recientemente (2007)
se ha propuesto una clasificación más simple en 3 grupos:
|
Síntomas
físicos |
Síntomas
psicológicos |
Tratamiento
básico |
Grupo 1 |
Moderados |
Leves |
Analgésicos |
Grupo 2 |
Leves |
Moderados |
Antidepresivos |
Grupo 3 |
Severos |
Severos |
Fármacos +
psicoterapia |
Los 3 grupos se beneficiarían de un tratamiento
multimodal (farmacológico + físico + psicológico)
Existe también una gran variabilidad diaria:
Los síntomas suelen ser variables de un día para
otro, aunque están prácticamente siempre presentes (los días "normales" son
raros).
También hay cambios a lo largo del día: El dolor,
la fatiga y la presión de los puntos dolorosos suelen ser más sensibles por la
tarde/noche; la rigidez es mayor por la mañana y suele haber una ligera mejoría
en las horas del mediodía.
Se detectan variaciones con los cambios
estacionales, con los periodos de mayor o menor estrés y en la premenopausia.
Así mismo hay variaciones en relación al sexo: Las
mujeres suelen tener una percepción más negativa de su enfermedad (la viven con
más consecuencias en sus vidas y con mayor dificultad para su comprensión
referente a achacar los síntomas que padecen a la enfermedad y no a otros
problemas).
LA EXPLORACIÓN DEL/LA PACIENTE CON
FM
Existe una discordancia entre la importante y
variada sintomatología y los datos que se obtienen en la exploración del
paciente: La movilidad de las articulaciones es completa pero es frecuente la
resistencia a dicho movimiento por dolor; no existen atrofias musculares pero
sin embargo realizan poca fuerza durante los ejercicios y los dolores
musculares pueden ser intensos; caminan lentamente y utilizando más los
flexores de la cadera que la musculatura de los tobillos....
Es frecuente encontrar: Sequedad ocular - Dolor a la palpación de las articulaciones
en la pared torácica - Palpación abdominal difusamente dolorosa y de la
articulación temporo-mandibular.
Esta "pobreza" de hallazgos exploratorios no exime
al médico de realizar una exploración completa (movilidad cervical,
sensibilidad, función motora....) siempre que pueda, claro.
La existencia
de puntos dolorosos ("tender points") es el único dato exploratorio
frecuentemente positivo y se les considera como un requisito esencial para
establecer el diagnóstico de FM.
Son puntos de localización precisa, constantes y
cuya presión hace saltar al paciente por el dolor.
Algunos investigadores opinan que el aumento o
disminución en el número de puntos dolorosos podrían usarse como indicador de
la mayor/menor "actividad" de la enfermedad (cuestión no aceptada por todos).
La exploración de los puntos debe ser correcta:
Con el pulpejo del dedo pulgar, con una presión de aprox 4 kg (= al blanquearse la uña al presionar
sobre la frente) y se considera positivo si el paciente se queja de intenso
dolor e inicia movimientos de retirada o "salta" por el dolor.
Se aconseja completar la exploración de los puntos
dolorosos con la realización de una valoración de la intensidad del dolor
mediante el EVA (escala visual analógica).
Otros datos exploratorios sugerentes son:
Signo
del pliegue - Pellizco en la zona
escapular (musculo trapecio) - desencadena un dolor más intenso que un
pinchazo. Buena correlación con los puntos dolorosos.
Enrojecimiento
cutáneo tras aplicar durante 2
minutos una torunda de algodón en la espalda alta. Algunos lo utilizan como
medida de la respuesta o no al tratamiento.
OTRAS PRUEBAS DE AYUDA AL
DIAGNOSTICO
Las pruebas analíticas habituales y las reumáticas
suelen ser normales y no la confirman ni descartan. Las pruebas de imagen
(radiografías, TAC, RNM, gammagrafía ósea..) son inespecíficas.
Pueden ser necesarias la valoración psiquiátrica
en pacientes con alteraciones del humor; el estudio del sueño en pacientes con
sueño no reparador + somnolencia diurna y el estudio en cama basculante si
sospecha de hipotensión con las posturas corporales.
Actualmente están en estudio las aportaciones de
las exploraciones con RNM funcional: Se detectan disminuciones del flujo
sanguíneo en algunas regiones cerebrales, cuyos cambios podrían utilizarse como medida de la
respuesta al tratamiento.
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